El contexto del grupo plantea un escenario decisivo, particularmente para Motagua, que llega al clásico sin haber sumado puntos en el Grupo A, mientras que Olimpia y Real España cuentan con tres unidades cada uno. En este panorama, un triunfo del conjunto albo no solo lo consolidaría como líder de la triangular, sino que además significaría un golpe casi definitivo al dejar a su eterno rival sin posibilidades reales de acceder a la final. Para el equipo dirigido por Eduardo Espinel, el planteamiento es claro y directo: ganar este partido clave y dar un paso determinante en la lucha por el campeonato.
Si Olimpia consigue la victoria, llegará a seis puntos en dos presentaciones, estableciendo una ventaja clave y prácticamente decisiva dentro del grupo. En ese escenario, Real España se vería obligado a derrotar a los merengues en su enfrentamiento directo y, además, depender de otros resultados para mantener opciones, mientras que Motagua quedaría matemáticamente fuera de la pelea, incluso con encuentros aún por disputar, debido a la ventaja deportiva que ostenta Olimpia como cabeza de serie. Por esta razón, el clásico trasciende un simple partido y se convierte en una final anticipada, en la que el León puede dar un paso enorme hacia el título, mientras que Motagua se juega su última oportunidad en el Apertura 2025.
