Real España llega a esta fase con un escenario muy diferente al de su rival, pues aunque no tuvo una fase regular particularmente destacada, consiguió asegurar su presencia en las triangulares al finalizar en el quinto puesto con 29 puntos, producto de 8 victorias, 5 empates y 7 derrotas, una campaña marcada por la irregularidad pero también por momentos de competitividad que le permiten mantener la ilusión intacta. Bajo la conducción de Jeaustin Campos, el equipo aurinegro confía en que este formato le brinde la oportunidad de reaccionar incluso si el arranque no es ideal, y sabe que jugar en casa será clave para intentar sorprender al favorito del grupo. Con el apoyo de su afición y la motivación de iniciar con un golpe de autoridad, Real España buscará reivindicarse y demostrar que puede ser un contendiente peligroso en esta etapa decisiva del torneo.
Olimpia llega a los cuadrangulares respaldado por una fase regular sobresaliente, en la que terminó como líder absoluto con 44 puntos tras 13 victorias, 5 empates y solo 2 derrotas, una campaña que confirma su condición de equipo más sólido y regular del torneo bajo la dirección de Eduardo Espinel. Su fortaleza colectiva, la contundencia ofensiva y la capacidad para resolver partidos complejos lo han convertido en el referente del campeonato, aunque el inicio de las triangulares representa un reto mayor, ya que el León quedó ubicado en un grupo especialmente exigente frente a rivales de tradición. Mientras tanto, el Grupo B reúne a Marathón, Olancho y Platense, lo que incrementa la presión por mantener la regularidad. Olimpia es consciente de que en esta fase cada punto puede ser decisivo y que comenzar con buen pie podría marcar el rumbo hacia una nueva final.
