Liga de Quito afronta esta definición con una ventaja evidente en cuanto a experiencia en partidos decisivos, respaldada por un plantel acostumbrado a disputar finales tanto a nivel nacional como internacional. El equipo albo sabe manejar la presión que implica un resultado inmediato y cuenta con la madurez necesaria para sostener planes de juego prolongados, incluso cuando el desarrollo del partido no le es favorable. En escenarios de eliminación directa, esa fortaleza en la gestión emocional suele marcar la diferencia. Universidad Católica, por su parte, ha mostrado una evolución positiva en regularidad y rendimiento, pero todavía cuenta con menos recorrido colectivo en finales únicas, un factor que puede pesar en un duelo de estas características.
Universidad Católica llega a este enfrentamiento con antecedentes recientes favorables ante Liga de Quito, un factor que puede servir como impulso anímico, aunque también implica una carga extra de presión por la expectativa de conquistar su primer gran título. En un escenario donde el marcador se mantenga ajustado durante gran parte del partido, la ansiedad podría convertirse en un obstáculo para el conjunto camaratta. Liga, en cambio, suele sentirse más cómoda en este tipo de contextos, manejando los tiempos del encuentro con paciencia y administrando mejor la tensión hasta encontrar el momento adecuado para golpear.
